Algunas de las denominaciones de origen más conocidas de España son de Castilla y León, como Ribera del Duero, Rueda o Bierzo. Pero, ¿sabes cuántas marcas de calidad diferenciada para el vino hay en esta comunidad autónoma?
El pasado 14 de octubre, el público madrileño tuvo la oportunidad de descubrirlas todas en Las Vendimias de Ortega y Gasset, organizadas por Lavinia: un evento gastronómico-cultural, abierto al público, en el que estuvieron presentes las 17 marcas de calidad diferenciadas de vino con las que cuenta Castilla y León: 16 denominaciones de origen (3 de ellas Vinos de Pago) y una Indicación Geográfica Protegida.
Una marca de calidad diferenciada certifica la calidad de un producto, determinada por factores humanos y naturales. También el origen de sus materias primas y/o su lugar de elaboración, según el caso. En Castilla y León encontramos varios tipos de estas figuras de calidad: Denominaciones de Origen y Vinos de Pago (que son los términos tradicionales para identificar lo que se conoce a nivel europeo como Denominación de Origen Protegida, aunque cada uno con sus particularidades), y por otro lado Indicación Geográfica Protegida.
Las denominaciones de vino más conocidas de Castilla y León
Una Denominación de Origen hace referencia a vinos cuya calidad o características se deben al medio geográfico, así como a factores naturales y humanos, y cuya producción, transformación y elaboración se realizan siempre en esa zona geográfica delimitada de la que toman el nombre. Por tanto, las uvas para la elaboración de ese vino deben tener la misma procedencia y elaborarse dentro de la región de producción. De esta forma, nos encontramos ante vinos con unas determinadas características, y algunas de las que se dan en Castilla y León llevan conquistando años a los consumidores.
Ribera del Duero, Rueda, Toro, Cigales y Bierzo son las más conocidas y puede que hayas podido disfrutar de más de uno de sus vinos.
Uno de los vinos más consumidos y reconocidos en España son los de la D.O. Ribera del Duero: la tempranillo o tinta del país como se conoce en esta región, sobre todo cuando está criada en madera, es una de las opciones más escogidas entre los amantes del vino tinto. Lo mismo sucede con los vinos de la D.O. Rueda, cuando se opta por un vino blanco; la verdejo se ha convertido en una habitual en mesas y barras. La D.O. Toro que, si bien antes era conocida por la gran estructura de sus vinos, se ha ido redondeando en los últimos años y ganando más adeptos. Y la D.O. Cigales, conocida desde siempre por sus rosados, toma ahora de nuevo impulso con el auge de la moda de este tipo de vinos, pero también con el resto de sus gamas. Aunque si hay una que se ha abierto camino entre los nuevos consumidores gracias a la elegancia de sus vinos de mencía y garnacha, así como con sus blancos de uvas como la godello, es la D.O. Bierzo.
Mapa de Denominaciones creado por Itacyl
Denominaciones de origen de vino en Castilla y León por descubrir
Pero en Castilla y León cuentan con muchas más denominaciones de origen de vino: algunas menos conocidas, aunque con una larga trayectoria, y otras que han logrado esta distinción en los últimos años.
La D.O. Arlanza se encuentra al norte de la D.O. Ribera del Duero, donde también se centran en la tinta del país, entre otras variedades, y donde encontramos vinos de corte clásico, pero también nuevos elaboradores con propuestas alternativas. En el caso de la D.O. Valtiendas, se encuentra al sur de la Ribera, y encontramos vinos frescos y minerales.
En la provincia de León, en el extremo contrario al Bierzo, está la D.O. León, con sus variedades prieto picudo, para los tintos, y la albarín en los tintos. Justo debajo, se sitúa la D.O. Valles de Benavente, una zona donde la vid ha tenido una importancia histórica, y donde era tradicional el vino rosado de aguja, pero en la actualidad cuenta con tintos, rosados y blancos.
Las DO Arlanza, Valtiendas, León, Valles de Benavente, Tierra del Vino de Zamora, Arribes de Duero, Sierras de Salamanca y Cebreros, aunque puede que menos conocidas, ofrecen todo un abanico de posibilidades con diversos perfiles de vino y muchas variedades de uva por descubrir.
Y ya en la provincia de Zamora, a la izquierda de las D.O. Toro y Rueda, se encuentra la D.O. Tierra del Vino de Zamora, donde, dada su histórica relación con el vino, se puede encontrar una gran concentración de viñedo viejo.
Acompañando al Duero en su recorrido fronterizo con Portugal, encontramos la D.O. Arribes de Duero. Justo al otro lado de la frontera, se extienden varias regiones vitivinícolas portuguesas, como la de Douro. En ella podemos encontrar variedades locales como la Juan García y la bruñal.
Colindando con Extremadura, se encuentra la D.O.P. Sierras de Salamanca, con tintos expresivos y minerales, y donde también catar variedades típicas de la zona como la rufete. Y, por último, en la Sierra de Gredos, encontramos tal vez una de las denominaciones más jóvenes de Castilla y León, pero que gracias a ciertos elaboradores sus garnachas han logrado gran repercusión: la D.O.P. Cebreros.
Vinos de Pago en Castilla y León
En Castilla y León encontramos 3 bodegas con la Denominación de Origen Vino de Pago. Y son solo tres, porque esta marca de calidad diferenciada hace referencia a un pago o una finca que, por microclima, localización, suelos, etc., aporta una diferenciación demostrada a los vinos, frente al resto de viñedos de su entorno.
Por tanto, encontramos Abadía Retuerta, una de las bodegas más conocidas entre los amantes del vino que, si bien en ocasiones se ubica entre los vinos de Ribera del Duero, posee una denominación de origen propia, al ser un Vino de Pago. También está la D.O.P. Dehesa Peñalba, un vino de pago que comercializa sus vinos bajo el nombre comercial de Bodegas Vizar. Y, por último, la D.O.P. Urueña, cuyos vinos podemos encontrar bajo la denominación de Pago Heredad de Ureña.
La I.G.P. Tierra de Castilla y León
Cada vez encontramos más vinos de calidad con el marchamo de Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.). En este caso, son vinos donde la uva ya no tiene que proceder al 100% de la zona específica, sino que las restricciones se reducen hasta el 85%. Algunas bodegas optan por embotellar bajo la I.G.P. Tierra de Castilla y León para contar con más libertad y no tener que acogerse a ciertas normas o limitaciones de las denominaciones de origen a la hora de elaborar por no ser los procesos tradicionales o habituales. También cuando quieren elaborar un vino con viñedos que, estén en localizaciones diferentes dentro de Castilla y León. Una fórmula con la que se pueden elaborar vinos de gran calidad, pero con menos limitaciones normativas.
