Grandes Pagos de España cumple 20 años

por | Oct 7, 2024

Un grupo de 12 bodegas crearon esta asociación en 2004, motivadas por la necesidad de dar a conocer y defender la singularidad de los territorios donde elaboraban sus vinos. Ahora, 20 años después, son 34 bodegas las que comparten esta filosofía.  

En la actualidad hablar de vinos de Pago empieza a ser más familiar, sobre todo entre los amantes del vino: esos vinos que proceden de un viñedo con características que los diferencian del resto que les rodea.

Sin embargo, hace veinte años, la aplicación de este concepto en el viñedo español supuso un gran cambio: un grupo de bodegas que defendían que los vinos debían mostrar fielmente el territorio del que procedían, tras años de auge de vinos de gran volumen y producción industrial. Este año, la asociación Grandes Pagos de España cumple dos décadas promoviendo y defendiendo la expresión del territorio en los vinos de calidad.

Orígenes y objetivos de Grandes Pagos de España

La asociación tiene sus orígenes en el 2000, cuando 5 bodegas, todas ellas situadas en Castilla-La Mancha, se unieron para fundar Grandes Pagos de Castilla. Con el paso de los años, más bodegas de todo el territorio español se sumaron a esta filosofía compartida y en 2004 cambiaron su nombre fundando, ya con 12 bodegas, Grandes Pagos de España.

En la actualidad, son 34 bodegas asociadas, entre las que figuran nombres como Dehesa del Carrizal, Mustiguillo, Enrique Mendoza, Finca Valpiedra, Fillaboa, Alonso del Yerro, Aalto, Abadía Retuerta, Gramona, Alvear, Belondrade, Bodegas Numanthia, Astobiza o Alta Alella. Entre todas suman 1.868 hectáreas de viñedo, con las que producen 4,8 millones de botellas. Una producción reducida, teniendo en cuenta que España posee más de 960.000 hectáreas de viña.

“El objetivo de nuestras bodegas es promover la excelencia en la viticultura y la enología, basados en la singularidad que aportan sus suelos y clima, así como a representar los valores de autenticidad, tradición e innovación en el sector vinícola”.

Son bodegas que cuentan con vinos de gran calidad y que expresan la singularidad de su origen: viñedos situados en un pago único, con una identidad diferenciadora.  Pero esa calidad va más allá del sello de calidad diferenciada que tengan, pues hay desde bodegas que elaboran bajo Denominación de Origen, a otras que lo hacen bajo Vino de la Tierra, I.G.P., e incluso DOP Vino de Pago. Por tanto, pertenecer a Grandes Pagos de España, no es un sello de calidad, sino la garantía de compartir una misma filosofía: “El objetivo de nuestras bodegas es promover la excelencia en la viticultura y la enología, basados en la singularidad que aportan sus suelos y clima, así como a representar los valores de autenticidad, tradición e innovación en el sector vinícola”, explican desde Grandes Pagos.

20 años de Grandes Pagos

En este aniversario tan especial, dejando patente que su compromiso con la calidad es a largo plazo, han querido dar un paso más y demostrar que, tal y como explica María del Yerro, actual presidenta de la asociación y fundadora de Bodegas Alonso del Yerro, “nuestros vinos no son solo vinos de gran calidad, también son grandes vinos de guarda”.

Para ello, han realizado una cata con una selección de vinos elaborados en el año 2014. Un recorrido por una añada que demuestra la buena evolución en botella de Numanthia (Bodegas Numanthia, D.O.Toro), Preludio de Sei Solo (Sei Solo Bodegas y Viñedos, D.O. Ribera del Duero), o Marqués de Griñón Cabernet Sauvignon (D.O. Dominio de Valdepusa). Pero también transmite la gran tensión en vinos blancos como Gran Caus Blanco (Can Ràfols del Caus, D.O. Penedés), la o la madurez en etiquetas como Clos d’Agon Blanco (D.O. Catalunya), así como la frescura y carácter frutal aún muy marcados en tintos como Tadeo (Cortijo los Aguilares, D.O. Sierras de Málaga), Dehesa del Carrizal Cabernet Sauvignon (D.O.P. Pago Dehesa del Carrizal) o Quincha Corral (D.O.P. Pago del Terrerazo). Sin olvidar la gran personalidad que puede desarrollar un cava de Paraje Calificado como Mirgin Exeo (Alta Alella, D.O. Cava).

Además, ha servido de reflexión para evaluar los cambios realizados a nivel de viñedo desde esa añada. Como el auge constante de la apuesta por la variedad tintilla de Rota en Finca Moncloa (I.G.P. Tierra de Cádiz). O la apuesta cada vez mayor por la monastrell en Bodegas Enrique Mendoza, gracias al aumento del conocimiento de la variedad para obtener vinos de guarda, o con la garnacha en Secastilla (D.O. Somontano).  

Independientemente de su evolución y estilo todos ellos tienen en común no solo una filosofía, sino que en su momento fueron grandes innovadores, tomados en ocasiones por locos, y que hoy demuestran que se adelantaron a su tiempo.

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