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Bodegas RODA, después de una trayectoria de más de 20 años que la han convertido en una de las bodegas de más prestigio de la D.O.Ca. Rioja, inició una investigación a través del territorio español en busca de las mejores tierras para el cultivo del Tempranillo fuera de La Rioja.
La región que mostró mejor aptitud según los criterios utilizados fue Ribera del Duero y, dentro de esta D.O., la zona de La Horra en la provincia de Burgos. Este fue el lugar elegido para que, en abril de 2009, naciera Bodegas LA HORRA con CORIMBO y CORIMBO I, vinos con carácter, placenteros y elegantes que se sitúan en lo más alto entre los Ribera del Duero.
¿Por qué escogimos la zona de La Horra?
La zona de La Horra fue elegida por sus viñedos viejos, por el potencial y complejidad de sus tempranillos, además de por ser un área fresca de la D.O., condición necesaria para elaborar el estilo de vinos que buscamos. Se trata de un área con larga tradición en el cultivo de la vid que se remonta a la época prerromana y con un enorme prestigio en la actualidad.
En la D.O. Ribera del Duero, el clima que predomina es el continental, con un considerable salto térmico entre el día y la noche. Esta característica se traduce en vinos muy aromáticos, más raciales y con mayor estructura.
Teníamos muy presente que queríamos elaborar vinos que destacaran por su finura, manteniendo el carácter de Ribera del Duero.
Cuando estábamos diseñando el proyecto de Ribera del Duero decidimos elegir el entorno de La Horra por sus viñedos viejos, los suelos profundos en los que se mezclan las arenas con horizontes cálcicos y fondos arcillosos y por el clima más fresco del norte de la Ribera Burgalesa.
En nuestra corta experiencia en la Ribera del Duero estamos convencidos de que la elección ha sido la acertada. La Horra y su entorno forman el corazón de la Ribera del Duero de Burgos, zona donde la Tinta del País alcanza la expresión que buscábamos: raza, vida y finura al mismo tiempo, además de capacidad de envejecimiento.
