San Carlos de Bariloche, o simplemente Bariloche, como más se conoce a esta ciudad argentina, es un destino ideal para descubrir en cualquier época del año. Ofrece una amplia gama de actividades y atractivos durante las cuatro estaciones: desde playa a nieve, pasando por deporte de aventura, sin olvidar su rica gastronomía.
Esta ciudad patagónica se sitúa frente a la ribera sur del lago glaciar Nahuel Huapi, a los pies de los Andes, a unas dos horas de vuelo de Buenos Aires.
Si se decide viajar en esta época, la ciudad recibirá con el final de su verano, un momento ideal para el deporte de aventura y para descubrir su entorno natural. Su localización, en el Parque Nacional de Nahuel Huapi, que cuenta con diversos lagos rodeados de montañas, ofrecen desde playas urbanas a rutas para descubrir todos sus rincones, o actividades acuáticas como el rafting, el kitesurf o el kayak.
Y la montaña ofrece para los más intrépidos desde rutas de trekking a escalada, al contar con cumbres como la del Cerro Tronador, con 3.554 metros de altura sobre el nivel del mar.
Esas mismas montañas se convierten también en el lugar ideal para visitar Bariloche en invierno, para poder escapar del calor del verano del hemisferio norte. La ciudad patagónica cuenta con 120 kilómetros de pistas para esquiar, hacer snow o ir en trineo. Es más, entre los centros de nieve que hay en esta ciudad se encuentra el Cerro Catedral, el mayor centro de ski de Latinoamérica. Tal es el fervor que despierta la nieve en esta ciudad que se celebra la Fiesta Nacional de la Nieve, con diversas actividades de diferente índole, por toda la ciudad, entre la que destaca la llamativa “bajada de antorchas”, en la que se desciende las laderas de la montaña portando antorchas encendidas al atardecer. Motivos más que suficientes para que la ciudad esté marcada en la ruta de los amantes de la nieve.
Aunque si se prefiere viajar a Bariloche durante su otoño o su primavera, el visitante podrá disfrutar de la belleza que ofrecen sus entornos naturales: la explosión de vida primaveral o la cálida gama cromática durante el otoño. Un momento ideal para realizar rutas por sus enclaves naturales y disfrutar de sus paisajes.
Cordero patagónico y chocolate barilochense
No menos importante en Bariloche es su gastronomía. Para reponer fuerzas tras tanto deporte y actividades al aire libre, esta ciudad ofrece el apreciado cordero patagónico, un plato que no puede faltar en . También son muy apreciadas otras viandas como las truchas o diferentes tipos de ahumados. Y como postre, los legendarios chocolates barilochenses, tan importante como para contar con la Fiesta Nacional del Chocolate, una celebración con un sinfin de actividades programadas para disfrutar de este dulce, durante la Semana Santa.
