Foto: DOCa Rioja
Conoces los vinos de la DOCa Rioja por sus tintos, sobre todo por sus grandes vinos de guarda, pero te sorprenderán los vinos blancos que ofrece esta denominación de origen por su diversidad, frescura y capacidad para armonizar en todas las mesas.
Los vinos blancos cada vez ganan más terreno a los tintos, una tendencia que se refleja desde los 2000, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino. El consumo de vino blanco aumenta y, en concreto, en los vinos de Rioja, el consumo de blancos se incrementó más de un 7 % en 2023 respecto al año anterior. Con perfiles de vino que se adaptan a los nuevos gustos, a los nuevos momentos de consumo y las nuevas tendencias gastronómicas, donde los blancos ganan puntos.
La DOCa Rioja es conocida por sus vinos tintos, donde la variedad tinta tempranillo supone casi un 80% del viñedo. Sin embargo, antes del siglo XIX, las variedades blancas eran las reinas.Sin embargo, antes del siglo XIX, las variedades blancas eran las reinas. Durante todos estos años, las bodegas no han dejado de elaborar vinos blancos, aunque no se les ha dado el protagonismo que merecían, sobre todo en las últimas décadas. Ahora, a pesar de ser una pequeña parte del total del vino producido en esta denominación, los blancos de Rioja vuelven a asomar la cabeza, despuntando en cartas y mesas, y encontramos una amplia variedad de perfiles: desde vinos jóvenes fáciles de beber, con mucha fruta, a vinos con largas crianzas en barrica que ofrecen su mejor cara con el paso de los años. Por tanto, al igual que los tintos, pueden ser desde jóvenes a reservas y grandes reservas.
Viura, tempranillo blanco, garnacha blanca, malvasía o maturana blanca son algunas de las variedades que puedes encontrar en los vinos blancos elaborados dentro de la DOCa Rioja.
Además, cuentan con un rico abanico de variedades con los que poder elaborar vino: la viura, su variedad más tradicional, también conocida en otras zonas como macabeo; la malvasía, muy conocida por su expresión aromática y por la elaboración de vinos dulces, aunque también se pueden elaborar vinos secos; la garnacha blanca, cada vez más de moda ante el auge de los seguidores de la garnacha tinta; la tempranillo blanco, una mutación reciente que detectó un agricultor en los años 80 y que gana terreno literal y entre los consumidores, pues es la segunda variedad blanca en extensión; así como otras como la turruntés o la maturana blanca. También cuenta con otras variedades internacionales como la chardonnay o la sauvignon blanc, además de la verdejo, que fueron las últimas en autorizarse.
Foto: Archivo CVNE.
Si se piensa en referencias de vino blanco riojano, puede que a los amantes del vino les venga a la cabeza referencias como Viña Tondonia Blanco Reserva: un blanco al que bodegas López Heredia siempre apostó por aportar crianzas tan largas como las que aplicaba a sus tintos. Un perfil muy diferente que en los últimos años ha conquistado a los “winelovers” y se posiciona como un auténtico objeto de deseo. También está entre las marcas históricas Monopole, que CVNE comenzó a elaborar en 1915 y fue la primeramarca registrada de vino blanco en España. Un blanco seco de viura, con una crianza en madera cuya elaboración ha ido cambiando con los años, según las modas, pero que en 2014 retomó la forma de elaboración que realizaban en los 60, sacando así su Monopole Clásico. Aunque tampoco hay que olvidar marcas como Diamante, un blanco semidulce de viura que Bodegas Franco-Españolas elabora desde 1890 y del que presume no solo por llevar generaciones en los lineales, sino, además, por haber sido el primer semidulce de Rioja.
Entre las referencias históricas que siguen elaborándose están desde Viña Tondonio Blanco Reserva, a Monopole, pasando por Viña Albina o Diamante.
Pero son muchas las bodegas de la DOCa Rioja con largo recorrido, que ahora toman de nuevo impulso con sus vinos blancos ante el creciente interés de los consumidores, desde Bodegas Riojanas y su Viña Albina; a Bodegas Gómez Cruzado con su Montes Obarenes de viura y tempranillo blanco, entre otras variedades, envejecido en roble y hormigón; pasando por Castillo de Ygay Blanco Gran Reserva Especial, de Marqués de Murrieta, cuya añada 1986 fue el primer blanco español en obtener los 100 puntos Parker, o Capellanía, de la misma casa.
Y a estas bodegas históricas, se suman también el resto de bodegas con una gran variedad de propuestas, desde vinos donde se reinterpretan esos blancos con crianzas en madera, a la expresión de monovarietales para destacar la personalidad de cada uva. Y día a día aumentan las propuestas: La Granja de Remelluri con su vino blanco mundial Remelluri Blanco o Remírez de Ganuza y su Blanco Gran Reserva Olagar. RODA I Blanco de Bodegas RODA, a partir de una selección de cepas blancas que se sitúan en las cabezadas de sus viñedos. La bodega 200 Monges que tardó décadas hasta consiguió dar con la clave para expresar lo que quería con su línea de vinos blancos. Bodegas Nivarius, la única bodega de Rioja que se dedica en exclusiva a la elaboración de vinos blancos. La tempranillo blanco, Villahuercos, de Bodegas Javier San Pedro Ortega; la garnacha blanca de la línea de Larrosa, de Izadi; o la maturana blanca de Viñedos Ruiz Jiménez en Ingenium.
Ahora se pueden encontrar numerosas bodegas en la DOCa Rioja con una gran variedad de propuestas, desde vinos donde se reinterpretan esos blancos con crianzas en madera, a la expresión de monovarietales para destacar la personalidad de cada uva.
Estos son solo algunos ejemplos de la amplia diversidad de vinos blancos que podemos encontrar en la DOCa Rioja. Una gama de variedades blancas que harán las delicias de los amantes del vino, gracias a su forma de mostrar esa otra parte de Rioja menos conocida, pero con mucha historia que contar. Vinos que bien pueden acompañar una conversación, una mesa o un momento de reflexión.
