En España somos de bares. Da igual que cambien las modas, el estilo de música o la forma de comunicarnos. Al final, siempre buscamos ese bar de confianza, donde reunirnos con los amigos y disfrutar de la caña, el vermú, la tapa y la buena compañía.
En Madrid la oferta gastronómica es muy amplia, pero entre restaurantes de alta gastronomía, cocinas exóticas, franquicias y propuestas innovadoras, los amantes de las barras siempre echan en falta ese bar de confianza, de toda la vida, donde seguir pidiendo una caña o un vermú, con una tapa sin maquillajes ni reinterpretaciones. Un bar “de toda la vida”, que incluso en su decoración se respire cierto aire de nostalgia.
Muchos bares históricos han cerrado, pero, por fortuna, son muchas las propuestas hosteleras que traen de nuevo ese bar, esas barras y esas tapas, renovando y actualizando la oferta, pero con un claro guiño al pasado y a los sabores más tradicionales y castizos.
La Violeta
Un bar de toda la vida, situado en Vallehermoso 62, que hace unos años quiso darle un nuevo significado a la hora del vermú. La decoración de La Violeta respira el espíritu de otra época, cuando la hora del vermú aún se desarrollaba sin móviles y el sifón era un elemento más del ritual. El vermú se puede pedir de grifo, pero también cuenta con una amplia carta de vermuts de toda la geografía española y de diferentes perfiles, para cubrir todos los gustos. También presumen (y demuestran) ofrecer cañas bien “tirás” y mucho rock and roll, con el que se ambienta el local.
En su carta encontramos acompañantes imprescindibles a la hora del aperitivo como las gildas, las anchoas o los mejillones en escabeche. Pero se puede ampliar la compañía con tablas de quesos e ibéricos, bocatas o tostas, entre otros.
Desde finales del 2023 La Violeta tiene un “hermano pequeño” muy cerca, en la calle Cea Bermúdez 8: El Pasaje, donde se respira el mismo espíritu.
Fotos: @lavioletachamberi/@elpasajechamberi
Hermanos Vinagre
La idea de los hermanos Carlos y Enrique Valentí era contar con un lugar donde volver a disfrutar del ritual del aperitivo, tal y como ellos lo recordaban en su infancia. Así, nació Hermanos Vinagre, una taberna moderna pero que reivindicaba algo tan castizo como el aperitivo. La caña, el vermú o el chato de vino se acompañan de tapas tradicionales y conservas donde se hace un verdadero homenaje al vinagre. Desde gildas, anchoas o sus mejillones en escabeche, a la ensaladilla, las bravas y el bocata de calamares, hasta los huevos fritos con papada ibérica, sus albóndigas o su oreja frita. Es más, tuvieron que ampliar la primera carta para aquellos que alargaban su hora del vermú. Incluso cuentan con un dulce de lo más solicitado que recuerda a las meriendas de la infancia: pan con aceite y su crema de chocolate.
El primer local que abrieron fue el de la calle Narváez 58, pero el éxito de su fórmula los llevó a abrir un segundo en Gravina 17 y, el más reciente y último, en Cardenal Cisneros 26. Pero puede que la familia se siga multiplicando por los barrios de Madrid.
Fotos: @hermanosvinagre_
Bareto
Bareto abre ahora un nuevo local en Chamberí, en la Plaza de Olavide 8, donde sigue reivindicando la cervecería madrileña de toda la vida, prestando especial atención a las cañas bien tiradas y a las tapas más tradicionales. Como en el resto de sus locales este homenaje a la ciudad también lo hace a través de la decoración, con su archivo fotográfico que recorre Madrid desde la década de los años veinte del pasado siglo hasta hoy.
Entre sus platos estrella están las patatas bravas, la gilda versión bareto (con pulpo), los flamenquines de cecina o su versión del bocata de calamares, con chipirones y salsa de alioli de brava). A estos también se suman diferentes versiones de huevos rotos, chacinas, pepito de ternera o pimientos de padrón. Aunque si se quiere ir más allá del aperitivo, también cuentan con callos a la madrileña, alitas de pollo o entrecot. Sin olvidar postres sencillos pero que llaman directamente a la memoria como las natillas o el pan con chocolate, o su enseña de la casa: la tarta árabe.
Este es el cuarto “Bareto” que abren Curro y Kike Sánchez del Amo y Nacho Horcajada, junto al primero de todos que fue en Alcalá 55, el segundo en Atocha 120 y el tercero en el Golf Park de la Moraleja.